Burbujas avistadas
“¡Mira allí!”, gritó uno de los chicos, señalando hacia arriba. Clara levantó la vista y vio a Burbuja encaramado en las ramas altas, imponente e indiferente como sólo un gato podía parecer. Se le aceleró el corazón cuando volvió a verlo, después de tantos días fuera, era casi como un sueño. Los chicos le dijeron que lo habían visto allí repetidas veces en los últimos días, pero que no sabían cómo bajarlo.

Burbujas manchadas
Sorpresa y alivio
A Clara le costaba creer que hubiera ido a parar a aquel lugar. Era un parque en el que nunca había estado con él, ni sabía de su existencia. Pero parecía típico de Burbuja, siempre aventurera, elegir explorar un lugar nuevo. El descubrimiento la llenó de sorpresa y, al mismo tiempo, de profundo alivio. Se sintió abrumada por la gratitud al reconocer el esfuerzo que habían hecho los chicos para ayudarla a llegar hasta allí.

Sorpresa y alivio