La confesión del vecino
Una vecina menciona haber visto a un hombre que entra regularmente en nuestra casa durante mis horas de trabajo. “Parece que entra y sale rápidamente”, comenta, con las cejas levantadas en señal de tranquila curiosidad. Asiento con calma, disimulando la tensión que se acumula en mi interior, y le agradezco la información. Su relato concuerda perfectamente con todo lo que he estado documentando, lo que refuerza mis crecientes sospechas. Decidida a descubrir toda la verdad, decido indagar más y reunir pruebas irrefutables. Con cada nueva revelación, mi determinación se refuerza y las piezas del rompecabezas empiezan a encajar en su sitio.

La confesión del vecino
Aumento de la tensión
A medida que continúo recopilando información, la tensión en mi interior aumenta implacablemente. Cada nueva pista aumenta la pesada carga que me oprime el pecho, y mis noches son cada vez más insomnes. Me encuentro constantemente en tensión, cada momento ordinario se ve ensombrecido por la sospecha. “¿Qué te preocupa?”, me pregunta mi mujer una noche, con los ojos llenos de preocupación. “Sólo el estrés del trabajo”, miento, con una sonrisa forzada. Sin embargo, bajo la superficie, soy una tormenta de ansiedad, planeando meticulosamente mi próximo movimiento para sacar finalmente a la luz la verdad.

Aumento de la tensión