Amar y reír
Nuestra casa siempre estaba llena de calidez y alegría, sobre todo durante las noches de juego, cuando el sonido de los dados rodando y las cartas barajándose resonaba en el salón. Emily ganaba a menudo, y sus ojos brillaban de alegría mientras bromeaba: “¡Más suerte la próxima vez, mamá!” Nos reíamos y discutíamos nuestras próximas jugadas, disfrutando de cada momento. Aquellas noches reforzaron nuestro vínculo, ya que las risas y la competición amistosa se convirtieron en una apreciada tradición familiar, haciendo de nuestra casa no sólo un hogar, sino un verdadero refugio.

Amar y reír
Una erudita con grandes aspiraciones
Desde muy pequeña, Emily mostró una profunda sed de conocimiento, prosperando en la escuela con una curiosidad sin límites y ansias de aprender. Recuerdo la cocina invadida por sus proyectos de la feria de ciencias y la emoción que iluminaba su rostro cada vez que descubría algo nuevo. Sus profesores elogiaban a menudo su dedicación, observando cómo hacía preguntas reflexivas y se quedaba hasta tarde para comprender bien los conceptos. A pesar de sus misteriosos comienzos, Emily se convirtió en una estudiante brillante con un futuro aún más brillante por delante, y yo no podía estar más orgullosa.

Una estudiante con grandes aspiraciones