Sin efectos personales
Cuando los paramédicos lo llevaron al hospital, nadie tenía la menor idea de quién era. No llevaba nada: ni identificación, ni cartera, ni teléfono. Encontrado desplomado en el arcén de la carretera sin más ropa que una fina chaqueta, había quedado vulnerable ante el crudo frío del invierno.

Sin objetos personales
Una serie de acontecimientos desafortunados
Parecía probable que se hubiera desplomado por agotamiento y deshidratación, golpeándose la cabeza al caer y entrando en coma. Sin ninguna pista sobre su identidad o sobre si tenía cobertura, el hospital se limitó a hacer lo que tenía que hacer: tratarle. Mientras tanto, los rumores sobre el hombre misterioso se extendieron rápidamente por la ciudad.

Una serie de acontecimientos desafortunados