Una situación extraña
La historia había llegado incluso a las noticias, pero ningún pariente se había presentado para reclamarlo. Era desconcertante: no tenía pertenencias, ni vehículo, ni ninguna conexión familiar que nadie pudiera rastrear. Cómo había acabado tirado al borde de la carretera era un enigma que ni siquiera los investigadores más expertos de la ciudad podían resolver.

Una situación extraña
Nadie le conocía
Durante meses, la policía buscó respuestas sobre la identidad del anciano, sólo para llegar a la conclusión de que la verdad residía únicamente en él. Lo único que podían hacer era esperar, sin saber si volvería a despertar. Por casualidad, su paciencia se vio recompensada: un día, mientras la enfermera Gracie lo examinaba, sus párpados empezaron a parpadear.

Nadie le conocía